Lactancia
El amamantamiento es la continuación de la estrecha relación afectiva entre la madre y el bebé, vínculo que se ha iniciado durante el embarazo
Ventajas, cuidados y consejos
Ventajas de la lactancia materna total o exclusiva
Lactancia materna total o exclusiva significa que el niño no recibe ningún otro líquido o sólido fuera de la leche materna.
- El amamantamiento favorece el vínculo madre-hijo.
- Facilita el óptimo crecimiento y desarrollo del bebé.
- Hasta los 6 meses de vida puede suministrarse como único alimento, ya que aporta todos los nutrientes que el bebé necesita.
- El niño amamantado tiene menos episodios de diarrea e infecciones respiratorias y si las padece serán más leves.
- La lactancia exclusiva disminuye los casos de obesidad del lactante y previene la aparición de alergias y/o eczemas.
- En la mujer, reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario.
- Si bien no asegura la anticoncepción, el amamantamiento frecuente y exclusivo ayuda a espaciar los hijos, pues produce inhibición de la ovulación.
Embarazo y lactancia
Durante el embarazo, la mujer experimenta cambios en sus mamas, las cuales se preparan para la futura lactancia.
En los últimos meses puede aparecer una sustancia de color amarillo llamada calostro. La ausencia del mismo no debe preocupar, ya que no tiene relación con la posterior producción de leche.
La leche humana es producida por células especiales (alvéolos) localizadas en las mamas y comunicadas a través de una red de conductos que guían la leche hacia los senos lactíferos colectores ubicados debajo de la aréola, terminando en el pezón.
Cuidado de los pezones en el embarazo
- Utilizar sólo agua para la higiene de los pezones, debido a que limpia la piel y preserva la grasa natural que la protege. El cepillado o frotado de los pezones es innecesario y suele lastimarlos. El jabón o alcohol quitan la grasa propia de la piel del pezón y lo hacen más fácilmente agrietable.
- Airear los pezones alrededor de 15 a 20 minutos por día.
- Si los pezones fueran planos, retráctiles o umbilicados, existen ejercicios para mejorarlos; éstos deben ser evaluados y autorizados por el médico obstetra, dado que pueden producir contracciones uterinas por mecanismos neurorreflejos.
Práctica de la lactancia
El estímulo más importante para favorecer la bajada de leche es la succión del bebé.
Cada vez que el niño es puesto al pecho, la madre libera hormonas que desencadenan la producción y expulsión de leche, haciéndola salir de los alvéolos hacia los conductos y colectores.
Este reflejo de eyección de leche puede ser inhibido por ansiedad, miedo o dolor. Por eso es muy importante estar cómoda y relajada antes de cada mamada.
Los primeros días después del nacimiento, la madre produce calostro, de gran valor nutritivo y anti-infeccioso. A partir del 3° día -aunque puede demorar más- se observa la bajada de leche.
Es aconsejable poner al bebé al pecho dentro de la primera hora de vida, ya que después del nacimiento el niño está especialmente alerta y esto facilita la primera prendida. La misma se puede realizar en Sala de Partos o en la habitación; a la cual el bebé puede ir directamente con sus padres desde el Centro Obstétrico, de no mediar ninguna indicación médica contraria.
Técnicas de amamantamiento
- Se recomienda alternar estas posiciones, ya que esto facilita el mejor vaciamiento de todos los colectores del pecho y, además, ayuda a prevenir las grietas en el pezón.
- Es importante estar cómoda y relajada durante las comidas.
- Sostener al bebé con un brazo y con la mano libre tomar el pecho con el pulgar por encima de la aréola y los otros dos dedos por debajo de la mama y así ofrecerle el pecho al bebé; asegurándose que los labios abarquen la mayor parte de la aréola. Esto permite una succión más eficaz, mayor remoción de leche y evita que se lastime el pezón.
- El tiempo de duración de cada mamada varía según el binomio madre-hijo y debe ser flexible. Dejar que tome del primer pecho hasta que la succión empiece a ser más lenta y del segundo hasta que esté satisfecho. La mayoría de los bebés maman de 5 a 20 minutos por lado.
- Los primeros días hasta que baje la leche, es importante poner al bebé al pecho todas las veces que sea posible; logrando entre 6 a 8 comidas efectivas en 24 horas. Algunos bebés comen hasta 10-12 veces.
- La alternancia de los dos pechos en cada toma (comenzando por el útimo del cual el bebé succionó en la toma anterior) favorece el mejor vaciado de las mamas y permite que ambas reciban similar estímulo. Es conveniente que el niño vacíe una mama antes de ofrecerle la otra, de modo que reciba la leche del final que tiene un mayor contenido de grasa.
- No es infrecuente que el niño mame solo de una mama cada vez.
- Para retirarlo del pecho: introducir suavemente un dedo en la comisura de los labios y separar la mandíbula para evitar que el pezón se lastime.
- Cuando baja la leche, los pechos pueden sentirse tensos, calientes y doloridos. Es aconsejable que previo a la prendida del bebé, se realicen fomentos tibios a calientes en las mamas; masajeándolas como si fuera un rodillo y de forma circular; ablandando la aréola. Luego de la mamada, si continúan llenos, vaciarlos haciendo extracción manual.
Técnica de extracción de leche
- Colocar el dedo índice y el pulgar extendidos sobre el borde de la aréola y luego empujar la mama hacia atrás (como para acercarla a las costillas).
- Luego cerrar los dedos con movimiento de pinza, tratando de que se toquen por detrás de la aréola. Si la maniobra está bien hecha, saldrá una gota de calostro y, unos días después del parto, saldrá un chorrito de leche.
- Es aconsejable que la madre y el bebé permanezcan juntos día y noche. La tranquilidad de tener al niño a su lado y el amamantarlo a libre demanda, favorecen en gran medida la bajada de leche y la disposición de la madre para tener una lactancia exitosa.
- Si bien está muy difundida la práctica de administrar solución glucosada como complemento durante los primeros días, esto no sólo no es necesario, sino que interfiere con el desarrollo del amamantamiento. El niño que recibe este tipo de complemento está menos despierto para succionar y estimula menos la producción de leche materna.
- El uso del chupete es una práctica muy discutida. Se ha visto que el uso indiscriminado del mismo incide en el éxito y duración de la lactancia, puesto que modifica el patrón original de succión-deglución. En el caso de que un bebé alimentado, satisfecho y cambiado necesite succionar para dormirse, se le puede ofrecer el pecho y/o, eventualmente, un chupete sólo para conciliar el sueño.
Lactancia: para cada problema, una solución
Pezones planos o invertidos: es fundamental que el bebé haga su primera mamada en la sala de parto o en la primera hora de vida, cuando el pezón y la areola crecieron por efecto de la oxitocina. También habrá que aprovechar las primeras 24 a 48 horas en las que sale calostro y la mama aún está blanda. Se debería evitar ofrecerle chupetes y mamaderas, ya que la experiencia oral con un objeto largo y duro es radicalmente distinta a mamar en un pezón. Cuando los pechos están muy llenos: antes de que se prenda se debería extraer un poco de leche para ablandar la zona areolar.
Mamas supernumerarias: es el tejido mamario en una ubicación no habitual como, por ejemplo, la axila. Hay dos posibilidades: que tenga conducto de salida y que segregue leche como cualquier mama o que se trate sólo de tejido glandular –mucho más frecuente– y genere dolor al tercer día después del parto, pero luego, al no vaciarse, se torne improductiva. Para aliviar las molestias se recomienda el uso de analgésicos y frío local.
Dolor: es el principal síntoma de la mayoría de los problemas de la lactancia. Muchas mujeres piensan –erróneamente– que es normal que les duelan los pechos. Lo cierto es que la causa más frecuente de dolor en los pezones es el mal acoplamiento boca-pecho al mamar. Otra causa común está vinculada a la infección de la piel del pezón y la areola. En cualquiera de los dos casos, el dolor interfiere con el mecanismo de eyección de la leche haciendo que el bebé no reciba suficiente y lo manifieste con llanto, generando angustia en su madre, inhibiendo aún más la eyección de la leche y entrando en un círculo vicioso.
Grieta o fisura de pezón: en general se deben a técnicas de amamantamiento incorrectas, ya sea en la posición madre-hijo o en el acoplamiento boca-pecho. Se da por la presión o tracción exagerada del pezón o por el roce de la lengua en la punta del mismo cuando el bebé succiona en forma disfuncional. Si la grieta es leve o reciente, se corrige cuidando que la lengua del niño esté de frente al pecho y que el pezón y la areola queden dentro de la boca del niño. Después de cada mamada, se cubren la areola y el pezón con leche materna y se dejan secar al aire. De ser posible, ayuda exponerlo al sol unos minutos. Debe empezarse el amamantamiento por el pecho menos dolorido y habitualmente en 24 horas la situación se supera. En cambio, si la grieta es extensa y dolorosa, debe ponerse al bebé a mamar con los labios paralelos a la grieta de modo que los bordes entren juntos a la boca. Si el dolor es demasiado habrá que suspender una o dos tomas, realizar extracción manual cada 3 o 4 horas y darle la leche con cucharita, jeringa o gotero. No es recomendable usar crema de caléndula ya que mantiene más húmedo el tejido, demorando más la cicatrización.
Congestión por ingurgitación mamaria: se da durante la bajada de leche y puede deberse a un aumento de la vascularización (presión de los vasos sanguíneos) o a la acumulación de leche. Las mamas suelen estar sensibles, grandes, duras, pero puede extraerse leche. La prevención y el tratamiento consisten en aplicar una técnica de amamantamiento adecuada y darle de mamar frecuentemente. Si la congestión compromete la areola, el bebé no será capaz de introducirla en su boca y habrá que extraer la leche manualmente hasta ablandar la zona. La congestión por acumulación de leche puede acompañarse de edema (acumulación de líquido) que en casos extremos impide la salida de leche. Las mamas se ven muy duras, dolorosas, calientes y, en algunos casos, enrojecidas. El tratamiento incluye masajes para favorecer el vaciamiento, extracción manual frecuente y luego aplicación de frío local para disminuir la congestión. El cuadro cede cuando se disminuye el edema y la leche fluye nuevamente, aproximadamente a los dos o tres días de iniciado el tratamiento.
Reflejo de eyección inhibido: la inseguridad, la tensión y el dolor al amamantar pueden interferir con el reflejo de eyección de leche impidiendo un buen vaciamiento mamario y provocando, por lo tanto, una disminución en la producción de leche. El bebé se frustra al no obtener suficiente cantidad de leche como para satisfacer su hambre y se pone ansioso, se irrita, se aleja del pecho echando la cabeza hacia atrás, llora y no quiere acercarse nuevamente. Esto lo condiciona a rechazar el pecho cuando empieza la mamada, aumentando aún más la tensión de la madre. Alimentarlo con suplementos en mamadera no ayuda, se debe revisar la técnica de amamantamiento y solucionar la causa del dolor y tensión de la madre.
Reflejo de eyección excesivo: al iniciarse la mamada se puede descargar mucha leche y el bebé se atraganta o le produce distensión gástrica dolorosa. La mamá debe estar atenta a esta situación para retirar al bebé del pecho al observar que no puede con el volumen de leche y es conveniente que lo coloque sobre ella de cúbito dorsal o lo siente en posición vertical o a caballito. En estos casos, el bebé ingiere mayor volumen de la primera leche, que contiene más cantidad de lactosa y menos grasa, hecho que lo inquieta, lo irrita y le provoca cólicos, regurgitaciones, deposiciones frecuentes y líquidas. El problema se soluciona dándole la segunda leche (con más grasa y más calorías) en cada mamada, extrayendo un poco de leche antes de iniciar la mamada y dándole al principio sólo de un lado, espaciando el vaciamiento de cada mama.
Las complicaciones vinculadas a la lactancia tienen que ver con múltiples factores y pueden afectar tanto a la mamá como al bebé. Que sea exitosa depende, en gran parte, de un entendimiento óptimo entre ambos y de un apropiado soporte de la familia y del equipo de salud que los atiende. Toda consulta de lactancia debe ser considerada y tratada con urgencia, para evitar complicaciones.
Manejo y conservación de la leche humana extraída
La leche humana puede conservarse alrededor de 3 días en el refrigerador (no en la puerta) y 3 meses en el freezer. Luego de hacer la extracción (manual o con sacaleche) en bolsa o recipiente estéril, rotular colocando la fecha de extracción. Guardar en freezer o heladera. Si es leche congelada, una vez sacada del freezer, debe ser usada dentro de las 24 h.
Para descongelar: no usar microondas ni calentar directo al fuego. La leche debe darse a temperatura ambiente.
Lactancia y puerperio
Es el tiempo que sigue al parto y que dura aproximadamente seis semanas. En este período lo más importante a tener en cuenta es:
- Las pérdidas: Durante los tres o cuatro primeros días las pérdidas de sangre son rojas, luego disminuye la cantidad y van siendo rosadas hasta transformarse en líquido seroso, amarillento.
- La episiotomía: Es la incisión y posterior sutura realizada en el periné por el obstetra con el objetivo de facilitar la salida del bebe y evitar el desgarro.
- Se debe higienizar de 3 a 5 veces por día.
- Cambiar los apósitos las veces que sea necesario. Luego de la higiene se puede utilizar secador de pelo en frío para favorecer la cicatrización. Recuerde que los puntos no necesitan ser extraídos, caen solos entre los 7 y 10 días posteriores.
- La diuresis: La vejiga ocupada con orina desplaza el útero hacia arriba impidiendo su retracción y genera dolor. Miccione frecuentemente cada 3 o 4 horas, esto favorece la retracción uterina y reduce el dolor.
- En este período las madres suelen tener mucha sed, tome el líquido necesario para satisfacerla.
- Durante el tiempo que dure el amamantamiento, las madres necesitan 500 calorías adicionales diarias, por lo tanto no es aconsejable realizar regímenes hipocalóricos.
- Se ha comprobado que el fumar disminuye la producción de leche, trate de evitarlo.
- Los primeros días después del nacimiento suelen ser muy agitados y las madres duermen poco. Es importante descansar aprovechando los momentos en que el bebé está tranquilo. Uno de los factores que más favorece la producción de leche es el descanso.
Lactancia materna y vuelta al trabajo
El final de la Licencia por Maternidad suele ocurrir a una edad del niño en la cual la lactancia materna sigue siendo muy importante. La Organización Mundial de la Salud, UNICEF y el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan que la misma sea exclusiva hasta los 6 meses de vida, continuando luego con lactancia materna complementada con alimentos adecuados.
Mantener la lactancia luego de la reinserción laboral suele ser un desafío para las madres y requiere del apoyo de muchas personas: el equipo de salud, la familia, los compañeros de trabajo y el empleador.
Si bien algunos trabajos pueden ser realizados en las casas o cerca del domicilio, aprovechando al máximo la hora o las dos media hora que por ley tienen todas las madres, en otros casos esto no es posible. En estas situaciones es fundamental que dentro del lugar de trabajo exista un espacio donde las madres extraigan y conserven su leche durante la jornada de trabajo, para que pueda ser administrada al bebé por la persona a cargo de su cuidado. Por otro lado la extracción durante el horario laboral evita la congestión mamaria y garantiza la producción de leche.
El Ministerio de Salud de la Nación promueve la creación de un Espacio Amigo de la Lactancia en todos aquellos ámbitos laborales donde se desempeñen 20 o más mujeres en edad fértil, o bien de un espacio análogo temporario si el número es inferior a dicha cantidad.